Dios está satisfecho contigo

Cuando era adolescente, yo pertenecía a un grupo cristiano de compañerismo. Nos gustaba cantar esa canción con la cual puedes estar familiarizado. Decía así: "¿Está Él satisfecho, está Él satisfecho, está Él satisfecho conmigo? ¿He hecho mi mejor esfuerzo? ¿He pasado la prueba? ¿Él está satisfecho conmigo?" Permíteme decir que 10 de cada 10 veces cuando cantaba esa canción, siempre creía que Dios no estaba satisfecho conmigo. Cuando nos miramos a nosotros mismos, todo lo que hay que ver es la insuficiencia y la inutilidad de nuestra capacidad y rendimiento. Nunca cumpliremos, por nosotros mismos, las expectativas de Dios para que esté satisfecho con nosotros. ¡Siempre nos quedamos cortos!

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Dios no castigará al creyente de nuevo,

no porque se haya ablandado con el pecado,

sino porque todos nuestros pecados

ya fueron castigados en el cuerpo de Jesús.

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¡Puedes imaginarte cómo nos sentíamos condenados cada vez que cantábamos esa canción! Después de todo, nunca nos habían enseñado que Dios estaba satisfecho con el sacrificio de su Hijo en la cruz, y no entendíamos lo que significaba el nuevo pacto de la gracia. Éramos jóvenes y celosos por Dios, pero derrotados por nuestra falta de conocimiento.

 

Con todo el debido respeto al compositor, que creo que tenía las mejores intenciones cuando escribió esa canción, esta no se basa en el nuevo pacto del favor inmerecido de Dios. Se niega la cruz y hace hincapié de nuevo en uno; en lo que necesitas hacer, realizar y lograr para que Dios esté satisfecho contigo. Pero la pregunta que debemos hacernos hoy no es si Dios está satisfecho con uno. La pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿Está Dios satisfecho con la cruz de Jesús? Y la respuesta es la siguiente: ¡Él está completamente satisfecho!

 

En la cruz, se encuentra nuestra aceptación. Allí, Jesús clamó con su último aliento: "¡Consumado es!" (Juan 19:30). La obra fue acabada. El castigo completo por todos nuestros pecados fue demandado a Jesús en la cruz. Dios no va a castigar al creyente de nuevo, no porque Él se haya vuelto complaciente con el pecado, sino porque todos nuestros pecados ya han sido castigados en el cuerpo de Jesús. ¡La santidad de Dios y Su justicia ahora están de tu lado! Hoy, Dios no te está evaluando en base a lo que hayas hecho. Él te está evaluando basado en lo que hizo Jesús. Dios está satisfecho con Jesús hoy? ¡Sí, por supuesto que lo está! Entonces, en la misma medida en que Dios está satisfecho con Jesús, lo está contigo.

 

El propio Hijo de Dios tuvo que ser molido en el Calvario para que esa bendición se convirtiera en una realidad en tu vida. El don de Su favor inmerecido y Su justicia son un regalo para ti hoy, sólo porque el pago total por ese don fue exigido en el cuerpo de Jesús. ¡La cruz hizo toda la diferencia! No dejes que nadie te engañe haciéndote pensar que necesitas pagar por tus propios pecados. ¡No dejes que nadie te engañe con la mentira de que tu salvación eterna en Cristo es incierta y puede ser sacudida!